23 de junio de 2007

Argentina, tercero en Montreux

Fue difícil olvidarse de la inesperada derrota con Suiza en semifinales. En el primer tiempo del partido por el tercer puesto, Argentina sufrió los efectos de la eliminación y estuvo al borde de cederle la medalla de bronce a Italia. Pero una reacción a tiempo le permitió al seleccionado nacional recuperarse de un 0-2 y derivar la definición a los penales, donde apareció el experimentado arquero argentino, Juan Oviedo, que fue el arma fundamental para que Argentina suba por 18º vez al podio de un mundial.
En la primera parte, al equipo de Fredy Luz no le alcanzó haber dominado la bocha, porque careció de profundidad y desequilibrio. El equipo italiano, potenciado por una defensa muy bien parada y sin fisuras, apostó al contraataque, vía por la que Nicola Palagi logró abrir el marcador. A 1 minuto y 23 segundos del final, Leonardo Squeo volvió a sacar provecho de la desesperación argentina y de sus desajustes defensivos para adelantar por dos tantos al equipo azurro –que hoy vistió camiseta blanca-. Así terminó la primera mitad.
Un cambio de actitud importante hizo reanimar el juego argentino. Luz metió en cancha jugadores más punzantes, como José García y Carlos Nicolía, y consiguió buenos dividendos. A los cuatro minutos, Carlos López descontó para el seleccionado argentino, y a siete del final, Nicolía alcanzó la igualdad.
Finalizados los 40 minutos, llegó el tiempo del gol de oro. Argentina fue el que más se acercó al final en ambos tiempos extra (de cinco minutos cada uno), pero nunca pudo filtrar la pelota en el arco rival. El desahogo se produjo en la situación menos deseada: los penales. Juan Eduardo Oviedo, aprovechando su imponente volumen corporal, tapó los cinco disparos de los italianos -D. Montarán, Travasino, Squeo, Palagi y Cocco-, y solo le bastó a la Argentina el gol marcado por Pablo Alvarez (fallaron López, José García y Velázquez). De esta manera, Argentina se ganó un lugar en el podio, aunque no en la posición que fueron a buscar a Montreux.
Durante el desarrollo del mundial, el rendimiento del seleccionado argentino nunca pudo optimizarse. Comenzó presentando algunas dudas en la primera fase, que por la abrupta superioridad sobre el rival no produjo consecuencias adversas. En cuartos de final se despachó de Brasil (2-1) sufriendo más de lo esperado, y en semifinales, llegó el golpe del nocaut: la eliminación sorpresiva ante Suiza (4-3).
¿Sirve como consuelo haber salido tercero? En principio siempre es bueno ingresar en un podio, pero para un país que es siempre es candidato y que desde hace ocho años que no se consagra campeón del mundo, el tercer puesto puede ser insignificante.
España se quedó con el título
El equipo español obtuvo su 13° título mundial, y segundo consecutivo, luego de vapulear en la final Suiza, el anfitrión, por 8 a 1. Los tantos para el equipo de Carlos Feriche, que serán locales en el próximo Mundial, fueron marcados por Ordeig, Gual (2), Panadero, Gil (2), Roca y Teixidó. Previo a la final, los ibéricos ya habían reafrimado su chapa de gran candidato al vencer claramente a Alemania (4-0), Colombia (9-1), Brasil (7-1), Angola (8-0) e Italia (6-0).
Posiciones Finales: 1° España, 2° Suiza, 3° Argentina, 4° Italia, 5° Francia, 6° Portugal, 7° Brasil, 8° Angola, 9° Mozambique, 10° Andorra, 11° Chile, 12° Alemania, 13° Inglaterra, 14° Colombia (*), 15° Holanda (*) y 16° Estados Unidos (*).
(*) descendieron al Mundial B

Andrés Villa

No hay comentarios: