21 de junio de 2007

Con dos destellos de Román, Boca alcanzó la sexta Libertadores

No hubo batucada, ni ruidos por parte de los simpatizantes locales hasta altas horas de la madrugada en el hotel que valieran. Los partidos se ganan dentro de la cancha. Y Gremio careció de ideas a lo largo de todo el partido para lograr la abultada cantidad de goles que necesitaba para soñar aunque sea con los penales. Y Boca lo tuvo a Juan Román Riquelme, opaco en gran parte del desarrollo pero que apareció en los momentos justos, liquidó el pleito y le permitió a Boca empezar a saborear la sexta Copa Libertadores que lo coloca nuevamente como el Rey de Copas con 17 torneos internacionales, por encima del Milan.
El encuentro estaba estancado, inmerso en un pozo. Gremio había realizado el desgaste en la primera mitad, sin ideas, con entusiasmo pero sin lastimar el arco defendido por un seguro Mauricio Caranta. Ni el cabezazo en el palo de Rolando Schiavi, jugador que supo vestir con gloria la camiseta de Boca, sirvió para amedrentar la solidez defensiva del conjunto de Miguel Ángel Russo y levantar a un equipo brasileño intrascendente en la zona de definición. Todo hasta que apareció Riquelme, que poco había inquietado hasta el momento, y clavó un golazo al ángulo que hizo inútil la espectacular volada de Sebastián Saja. Y sentenció el partido, la serie, y la copa, que volvía a la Argentina.
Pero no le bastó y, con un Gremio que ya estaba completamente desconcertado, con las pocas chances de lograr la hazaña que merodeaban el imponente marco del estadio en Porto Alegre esfumadas, estampó su segundo sello del encuentro luego de un rebote de Saja y empezó a redondear un partido ideal para Boca que no se ajustaba al realidad aunque eso poco le importaba a los protagonistas de esta nueva conquista.
Porque hasta las iluminaciones de Román, casi nada había hecho el equipo argentino. Sólo lo que necesitaba, lo que le alcanzaba. La goleada de 3 a 0 conseguida en la Bombonera en el partido de ida invitaba a plantear un duelo luchado y trabado en la mitad del campo y a hacerse fuerte en la última línea frente a los avatares de los brasileños. Y así fue. Subían Lucio y Patricio, los laterales. Presionaban Diego Gavilán y Lucas. Tuta, Carlos Eduardo y Diego Souza hacían lo que podían en ofensiva. Pero Boca ni se inmutaba acrecentando con el correr de los minutos la desesperación de Gremio y del público que se acoplaba a esa inquietud.
Boca había entendido perfectamente como llevar el partido, con algunas zozobras pero sin desordenarse en el fondo. Con Daniel Díaz y Caranta como pilares, se bancó las arremetidas de Gremio durante gran parte del desarrollo del cotejo.
El ingreso de Rolando Schiavi en el primer tiempo, por el lesionado Teco, le puso un condimento extra al dramático choque, puesto que el defensor supo vivir momentos de goce con Boca en épocas bastante recientes y, por las vueltas de este bendito fútbol, llegó a tierras brasileñas y se encontró jugando una final de Libertadores frente al club que le brindó las mayores satisfacciones. Y, paradójicamente, casi le complica una noche que venía tranquila ya que a poco estuvo de abrir el marcador en el comienzo del complemento con un cabezazo que se estrelló en el palo, lo que podría haber cambiado el rumbo del encuentro.
Pero el equipo de Russo veía que Gremio no lo lastimaba de acuerdo a sus pretensiones y de apoco se fue animando a progresar en el campo. Ya con el ingreso consumado de Sebastián Battaglia por Neri Cardozo para contener más el juego en la mitad de la cancha, Boca recuperó el balón y, con el conjunto brasileño jugado en ofensiva, le propino dos mazazos que ni los propios jugadores de Boca esperaban. Y a partir de allí todo fue toque, traslado del balón y esperar que corran los minutos y, al mismo tiempo, los jugadores de Gremio. Palermo pudo haber ampliado la diferencia para consolidar otra goleada, pero desde el punto penal el gol se le volvió a negar.
Ya estaba todo dicho. Boca alcanzaba nuevamente una Copa Libertadores con un contundente 5 a 0 en el resultado global. Ese torneo que parece sentirse atraído por las vitrinas de esta institución. Pero éste no sólo es un trofeo más para Boca y para algunos jugadores que ya encuentran repetidos estos festejos, sino que sirvió en gran medida como revancha para este grupo de futbolistas que sufrió un duro golpe hace seis meses frente a Estudiantes y que rápidamente borró ese paso en falso.

Síntesis

GREMIO: Sebastián Saja; Patricio, William, Teco, Lucio; Diego Souza, Lucas, Diego Gavilan, Tcheco; Carlos Eduardo y Tuta.
BOCA: Mauricio Caranta; Hugo Ibarra, Daniel Díaz, Morel Rodríguez, Clemente Rodríguez; Pablo Ledesma, Ever Banega, Neri Cardozo; Riquelme; Rodrigo Palacio y Martín Palermo.
Goles: 23'ST Juan R. Riquelme (BJ), 35'ST Juan R. Riquelme (BJ)
Cambios: 35'PT Rolando Schiavi por Teco, 0'ST Márcio Amoroso por Tcheco, 14'ST Sebastián Battaglia por Neri Cardozo, 25'ST Éverton por Tuta, 37'ST Sergio Orteman por Ever Banega Amonestados: 5'ST Diego Souza (Gr) , 25'ST Lucas (Gr) , 29'ST Pablo M. Ledesma (BJ) Estadio: Gremio
Arbitro: Oscar Ruiz

Gabriel Antonielli

Fotos: http://www.ole.com.ar/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo sabía que no te ibas a quedar con las ganas de escribir una nota del mejor equipo del mundo.
Boca se merecía esto, bueno no se para que lo digo si es obvio... jaja.
Muy buena, segui así.
Florencia