5 de junio de 2007

Una Selección con dudas sufrió para vencer a Argelia


La lógica que estaba instalada antes del comienzo del partido señalaba que Argentina obtendría un resultado positivo frente a Argelia, lo que finalmente terminó sucediendo. Pero esa misma lógica también contemplaba una diferencia abultada en el marcador en favor del conjunto dirigido por Alfio Basile frente al ignoto combinado africano, algo que lejos estuvo de producirse. Es que la Selección nacional debió trabajar demasiado el encuentro, e inclusive remontar un resultado adverso, para derrotar a su rival de turno por 4 a 3 en el Nou Camp de Barcelona.
La apertura del marcador al minuto de juego por parte de Argentina, gracias al penal convertido por Carlos Tevez luego de una falta que le cometieron a Diego Milito, parecía indicar cómo se iba a desarrollar el resto del encuentro. Pero en eso quedó, sólo en indicios. Porque el combinado nacional volvió a manifestar en esos primeros minutos el flojo nivel futbolístico que desplegó en el anterior cotejo frente a Suiza. Las subidas de Javier Zanetti por la banda derecha quedaban lejos de ser una alternativa de ataque. El mediocampo no estaba sincronizado a pesar de la presencia de Fernando Gago y Esteban Cambiasso. Y en la parte ofensiva no se producían las ocasiones de gol de acuerdo a los nombres que estaban en cancha: Diego Milito, Carlos Tevez y Lionel Messi.
Al mismo tiempo, golpeados por el gol tempranero, los africanos se vieron obligados a ir en busca del empate frente a un conjunto que no lo avasallaba. Y la igualdad término llegando, aunque más por errores de Argentina que por virtud de Argelia. Es que luego de un corner ejecutado desde la derecha, el defensor Anthar Yahia peinó el balón en el primer palo, Roberto Abbondanzieri quedó a mitad de camino y se concretó la impensada paridad.
Y, a su vez, para coronar el mal primer tiempo disputado por nuestra Selección, llegó la ventaja para Argelia a tres minutos del descanso, que introdujo a los dirigidos por Basile en un manto de dudas, sobre todo en la parte anímica, porque el tanto provino de un nuevo error defensivo. Otro centro desde el mismo costado, una indecisión más por parte de Gabriel Milito, y Madjid Bougherra estampó el 2 a 1 para los visitantes, frente a la mirada de un Abbondanzieri que no tuvo un buen desempeño bajo los palos y sería responsable, en parte, del tercer gol que padeció la Argentina.
Debido a los flojos rendimientos individuales y colectivos, el combinado albiceleste rubricó una pobre primera mitad. Por eso, para la parte complementaria, Basile salió a jugarse el todo por el todo y mandó a la cancha a Javier Mascherano y Luís González por Gago y Nicolás Burdisso. Y allí se vio la otra cara de Argentina: la faceta ofensiva.
Con un Messi que acrecentó su nivel, a pesar de deberse a él mismo una gran actuación frente a equipos importantes, y con un mediocampo más adelantado que acorraló al conjunto rival, Argentina logró ponerse en ventaja. Primero con otro penal, esta vez contra Messi, que el mismo jugador del Barcelona transformó en gol. Y luego con una escalada de Zanetti, como esas que no redituaron en el primer tiempo, quien metió un centro al corazón del área para que Cambiasso decrete el 3 a 2, cuando habían transcurrido tan sólo 11 minutos.
Pero esa ráfaga de buen fútbol no fue momentánea, sino que persistió durante gran parte de los segundos 45 minutos, a tal punto que le permitió al seleccionado nacional conseguir una diferencia más amplia después de una combinación entre Aimar y el propio Messi quien, luego de amagarle al arquero Lounés Gaouaoui, la tocó suave por un costado. Parecía que Argentina había alcanzado la ventaja tranquilizadora y que más tantos estarían por llegar, pero reiteradas falencias en las pelotas detenidas le permitieron Argelia descontar y ponerse a tiro de una igualdad que, para fortuna de Basile y sus dirigidos, nunca se concretó.
A tres semanas de que comience la Copa América que se disputará en Venezuela, la realidad es que a Argentina no le sobra mucho futbolísticamente hablando. Aunque, sin lugar a dudas, una victoria (la segunda en la era Basile), por menos que sea, le da tranquilidad al técnico y a los jugadores para trabajar de cara a la competencia más importante de la Selección durante este año. Pero Argentina tendrá que ajustar las marcas en los balones parados y sincronizar el funcionamiento en la mitad de la cancha para los futuros enfrentamientos con los rivales de este torneo que, seguramente, le presentarán más oposición que este humilde conjunto africano que carece de experiencia.


Gabriel Antonielli

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la nota, te sigo diciendo que aprendo un montón.
Espero el próximo con ansias.
Florencia

Anónimo dijo...

buena nota fiera!
marcos z.

Anónimo dijo...

Excelente, al final voy a apreder algo de deporte por leerte...

Monica