11 de junio de 2007

El Real Madrid, a un paso del título

Apenas meses atrás las aguas de la desesperación y la intolerancia ahogaban al pueblo madridista, que debía sufrir, pañolada incluida, una contundente e histórica derrota en el mismísimo Santiago Bernabéu ante el humilde Recreativo de Huelva, que con un Florent Sinama – Pongolle emulando a Thierry Henry vencía 3 a 0 a los dirigidos por Fabio Capello, por aquel entonces en la cuerda floja.
Pero el paso del tiempo dejó entrever una remontada inusitada en las filas merengues, así como también una pronunciada decaída del Barcelona, más firme aspirante a quedarse con la Liga. Llegaron primero varios empates –incluido el obtenido frente a los catalanes tras estar en ventaja por dos goles– y luego el despegue final. Desde el derby hasta el partido disputado el último sábado, el Real Madrid sumó nueve victorias en los once encuentros que disputó, lo que le permitió alcanzar al Barcelona en la cima de la tabla de posiciones hace ya varias fechas.
Sin embargo, la recuperación vale en un doble sentido para el Real, pues además de significar un fuerte empujón psicológico en su favor, representa también la posibilidad de depender de sí mismos. En caso de empate en puntos al fin de la liga con el Barcelona, serán los madridistas quienes alzarán la copa, pues obtuvieron mejores resultados en los enfrentamientos entre ambos, considerando el mencionado empate en el Camp Nou y la victoria 2 a 0 en el Bernabéu.
Las últimas dos fechas habían sido protagonizadas por sendas victorias de los máximos candidatos que, igualados en puntos, necesitaban una victoria en la penúltima jornada para llegar al encuentro final con fuertes posibilidades de campeonar. De esta forma, Barcelona y Real Madrid disputaban simultáneamente la anteúltima fecha de la Liga española, enfrentando, respectivamente, al Espanyol de local y al Zaragoza de visitante.
Pero mientras el Barcelona se quedaba con el clásico catalán con dos goles de Lionel Messi –el primero de ellos convertido, en su tácito afán por imitar a Diego Maradona, con la mano–, el Real Madrid caía derrotado en La Romareda tras dos goles de Diego Milito. Los minutos corrían y el resultado dejaba al borde del título al Barcelona, que con un empate en la última fecha con el Gimnastic en Tarragona conseguiría el tricampeonato.
Sin embargo, diecisiete segundos bastaron para hundir una afición entera en la desesperanza y alzar a otra al filo de la celebración. Los 44 del segundo tiempo observaron la igualdad del holandés Ruud Van Nistelrooy, que volvía a esperanzar a los blancos. E instantes después llegó la euforia absoluta, cuando circuló la información del agónico empate de Raúl Tamudo en el Nou Camp.
De cara a la última fecha asoman así mejor perfilados los merengues, que venciendo de locales al Mallorca no dependerán de nadie para quedarse con el título. En Barcelona, por su parte, deben conformarse con confiar en el conjunto balear para no quedarse con las manos vacías en una temporada en la que ya perdieron la Supercopa de Europa -ante el Sevilla, en Mónaco-, el Mundial de Clubes -la final frente a Internacional de Porto Alegre-, la Copa del Rey -frente al Getafe, en semifinales y con goleada incluida- y la Champions League -ante Liverpool en octavos de final-.
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Leandro Trupp
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